Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2013

Pertinaz

Queda el dolor de no decir las cosas. De la náusea causada por la preñez del alma. Queda saber que no hallarás respuestas porque signos ausentes no ocasionan afectos. Ahora que flotas en el ionizado y puro, sin peso, sin color y sin pesares supongo que tus ojos ya no tienen ese lastre con iris anclando tu velero en el mar resignado del presagio, ni el azaroso asombro de tu herida de muerte. Supongo que entendiste lo que quise decirte: Un hombre que es poeta no tiene que ser débil luchando por la vida, el amor y la muerte. En la biblia no escrita de los versos silentes no pone que hay un canje entre ternura y fuerza, ni sacrifica un flanco en busca de belleza, de tropos y suspiros. Aunque no importó entonces ni va a importar ahora asumo que en el éter no hay aromas de mirlos, y ni siquiera rastros de humectantes egipcios. No habrá signos ni pausas Tiempos ni lejanías No hay formatos Ni estilos Ni géneros Ni muecas Ni símbolos Ni acentos... Tan solo este silencio y la ausencia vital del

Palma hueca

Qué gran aliado es el silencio Libre tu interpretación me intuye Soy una palma hueca sosteniendo las notas contenidas del aire de la ausencia. No te mezas en la espesura de una estrella ni te detengas en el ángulo infinito porque sin dilación llegarás a mi pecho y te daré de mamar como a un potrillo que apenas puede sostener el arco de sus sueños sólo cuando yo quiera. Distancia y tiempo se trenzan. Con honda lanzan el pensamiento ocultando las manos invisibles del azar agitado del aliento que sale con dificultad  del órgano que bombea el néctar con que suspiro. Piensas, existes y te arqueas atrapado de mí Te confundes en mi paradoja porque es más sueño en mí.                                                                 Alimento parásitos en tránsito por tu trémula cloaca.  Y es todo carne y sebo, venas, tendones, arterias… Exilio de toxinas necesario suicidio biológico: matarlo todo para que nazca algo. Sacrificio suspendido de paloma en vuelo cuando el mensajero más la esperaba. S