Exordio

Pongamos que el fracaso se tornara en victoria... que el núcleo del abismo ni en sueños fue alcanzado... que jamás una lágrima se derramó en mi alcoba y que la rabia nunca entró golpeando almohadas... y hay sólo esta manía de suponer ¡exordio! que tu vida y la mía jamás tocaron fondo. Porque ahora mis dedos se repliegan intactos sin un destin...