Suspiras añorando la tierra prometida. Lago que en un instante devoró tus caricias. Estertores mojados chuparon la delicia de una vida acoplada, lejana en cima o climax. Sumérgete y revisa las ruinas veneradas. Allí están los relieves del amor permanente. Nada puede el presente borrar de esa ciudad que en la línea del tiempo reclama eternidad. ©LEIBI NG