Espero que vivas cantando. Los años se convierten en cortinas leves, casi caricias ondulando. Esta noche he cruzado de nuevo por el parque. Yo, vital, con barquilla, lamiendo aquel helado y el artista que mira y admira a la muchacha, m e siguió enamorado . En una noche hablamos del mundo y sus problemas, de aquí, del ahora, del mañana, quizás… Unas horas y todo parecía encajar. Al otro día cenamos, después de ir al cine. Debo haber confesado todo de mi pasado mas ¿qué pecado hay en una muchacha triste que no sabe volar? Decliné sus destellos. Él estaba muy claro y yo era un cuarto oscuro. Hay cosas que en la vida no se deben mezclar. ©Leibi Ng