Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como A fuerza de pez

A fuerza de pez

De una visión así difuminada nace la idea aún descabellada de leyenda de dos, o mejor tres, que un pescado salvó con sus vapores. Era Sarah tan frágil, tan hermosa, que tuvo (no uno o dos) al menos siete pretendientes que al tratar de poseerla ipso facto caían exterminados cual pichones. Cómo empezó la historia, no se sabe. Lo cierto es que una noche se prendía el fuego del infierno en cercanía. Y el relumbrón semeja como amor: ardiente en las entrañas, pura lava. El mismo que esperaba aquel Tobías, quien tuvo que valerse del arcángel, que ingeniárselas en el río pescaría para salvar la vida al aspirante que el demonio celoso mataría. -Rafael, he sorteado continentes. Me embarqué en siete puertos polizonte. Viajé sobre una bala cual Munchausen y supe que era tarde aunque apurara con todas las hipérboles en bandada. Soy el puerto en la noche de amargura. Campanita que cura abierta herida. La Wendy que te arropa con ternura. La madre que te azota si hay locura. ¿Y para qué me quieres? Yo