Seducción

Me ofrecí como carnaza. Grite: ¡A mí! ¡A mí! para que el sacrificio salvase a otro merecedor del sueño. Fue tan convincente mi voz que ahora yazco en el olvido. De la imagen: Brain Cancer, http://nohaycomolodeuno.blogspot.com/2011/02/dali-revisitado-7.html