¿Puedes no recordarlo? la patina violeta se instaló sobre cuadros opacando los rostros por siempre eternizados y estás tú como un dios diste nombre al coraje de instituciones anémicas; el tronco sideral, eco apenas nacido de democracia endeble; mi niñez asombrada en el mismo país que apenas repuntaba escuchando tu voz en las mañanas nuevas de barrio esperanzado, caseríos de tablas, planchas de zinc oxidados… Y hoy que nada cambió. Cuando subo al Baluarte, garganta a viva voz ondeando en cuatro cuartos crucificada en blanco... Todo siempre es igual. Las mismas meretrices y los palomos sucios. Este reino que es tuyo desde el norte hasta el sur los valles que pisaste con estatura atada a puntas de una estrella la mezquindad enfrentada, la calumnia vencida en madrugadas frías, la desnudez del hambre... Este país natal que se anega en el llanto. ¡Qué fuerte el enemigo que hacía comer un cable! Ahora está de moda dejarse el pelo cano y todos somos ovejos pero tú permaneces con flores en el p