Dos mundos

Estaba ese árbol cuyas ramas semejaban dedos de una enorme palma sediento de agua por esa ley de los independientes que buscan sí o sí no ser de nada o nadie. Era tan alto en medio del follaje de una estación de trenes donde ambientaban trópico artificial y forzado. Pero la gente es así tan caprichosa, siempre buscando arena donde haya tierra fértil y esta misma donde haya lavas y desiertos. El caso es que tú no me veías y yo sólo te presentía. El caso es que posaste la mano en aquel tronco justo sobre la mía. No sé lo que sentiste pero yo vi la vida: la sabia de aquel árbol, la vibración exacta de otro cuerpo en el éter... Y desde entonces busco ir a la misma hora a tocar troncos aspirando en el aire el varonil perfume, Cartier puro, como si se pudieran atrapar los sueños al mundo de los vivos y hacer el amor con un fantasma devolviera a la vida. © Leibi Ng P oema basado en la película con título en español: "Completamente sola en el mundo", que plantea la posibilidad de es...