Yo era Ariadna en laberinto pendiente del hilo trágico con dudas pero avanzando. Oscuridad en el camino me acompaña paso a paso. Tenue brilla cual luciérnaga el haz de hebra en mi mano largo como el laberinto pero incapaz de alcanzarlo. Los estrechos pasadizos donde nunca había pisado me doblan como a mi sombra me superan sin tocarlos. Helado mi pensamiento extrae de mí las imágenes. Suspenso tras mis suspiros temor y riesgo en el aire. El héroe ahora está vencido y el minotauro descansa. Perdida en el laberinto un haz de luz atraviesa de lado a lado mi sangre. ©Leibi Ng