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Mostrando entradas de octubre, 2019

Sui generis

De cara a los rumores (impotentes) no acepto la evidencia y dudo en forma pues la trama se engrosa si la mojan. Todo lo que escribí no fue biográfico más pedazos de mí se descalabran entre versos y frases, masa horneada que he cocido al vapor de mis humores. Un hilillo de sangre en comisura habla de mi atraganto, pero de amor me intoxiqué yo sola y mimetismo es lo que más me sobra. Del criminal, no quiero hablar pero del ruiseñor quiero saberlo todo que deleite es morir con sus primores. Será el ágil aletear del mirlo al clamor de la brisa en el bambú o el canto del agua en la cascada que salpica las patas de la alondra. Todo y más hasta embriagar porque lo que viví es cosa mía y allá tú si te crees lo que es falacia y allá yo, si me dan ganas de contarla. ©Leibi Ng

De la vez que exhibí artículos chinos y me robaron en la Benito

La caja de vestidos brillantes, presumidos y las manos golosas desnudas de honradez... La calle de ruidos adornadas evade los acuerdos sin que medie poesía Tener tienda, pretende quien no engorda al caballo en esta hacienda Paga el precio rememorando el vicio irresponsable tu buena voluntad no cambia el mundo y comprenderlo duele rompiendo la esperanza de un ser humano nuevo. ©Leibi Ng

HAY UN ÁNGEL MIRANDO

Casa vacía. Puerta cerrada. Nunca estoy sola. Nunca esperando. Duermo, despierto. Leo, me acuesto. Como, madrugo. Disfruto un concierto. Sola no. Cortina abajo. Casa en penumbras. Ventanas tuertas… Luces moribundas. Siento su alma o su existencia en este espacio alguien me observa… ¿Qué no ves nadie? Eso, no es cierto. Si tú te alejas me quedo quieta. Llega despacio y mi hombro besa… Respiro hondo y luego se aleja… Sola no. ¡Mi ángel espera! ☻  Leibi Ng (1966)

Y así las cosas...

así como de pronto uno ve la música, oye el color ... Roberto Juarroz Al fin la vida está hecha de humo. Uno invisible como suspiros. Bates el aire mago ingenuo que al probar suerte, nada entre la nada de un sueño despierto. Y así las cosas solo momentos, ratos felices que regresan solos; a veces llanto. Y se devuelven tal como vinieron. Yo de esta forma recuerdo el momento: así como de pronto uno ve la música, oye el color, empaña los espejos. Saboreo el tacto, susurro colores, o simplemente brindo a la vida un trago de tiempo. Puedo decir que vives en mi sangre y que de tanto traerte y saborearte sabes a sueño. Dulce recuerdo que al despertar deshace el universo. Leibi Ng