Ir al contenido principal

Entradas

Sospecha

Decir, decir, decir… Derramarme en palabras. Ser cascada de letras y de acentos. Hacer valer la trama preparada, Enigmático cierre o desenlace. Volverme así sospechoso misterio. Insinuar el concepto elaborado. Hacer pico en cerebros intrigados. Brotar del hecho inesperado. Contener como hago el sentimiento. Ocultar la pasión tras siete llaves. Sonreír taponando lagrimales. Hacer creer, dar pistas falsas y mandarme en lo más íntimo, una verdad que arde con todo el ímpetu o pulsión latente romper la realidad y todo su lastre. Vencer las estaciones del misterio. Parar en lo posible y lo palpable que es verosímil el desgarramiento de un alma que se crece en lo innombrable. © Leibi Ng

Foto de perfil

Kuan Yin Yo no soy Buda no alcancé la iluminación aún. Mi rostro cambia por segundo y mi corazón es un caleidoscopio. La luz me penetra seguido por todas las neuronas en sinapsis. Soy un árbol de dendritas. Contemplo un rostro estático, congelado en un plano... Dentro choca el impulso, látigo que no cesa detrás de la acción -gif reiterado- respiración o vida. Secuencias permanentes, cuadros de film, distintos a esta que soy reflejada en el espejo veleidoso del cambio. ©Leibi Ng

3:33 Tiempo muerto

De la intensidad ya nadie habla. Se antepone vivir a lo supuesto. Bastan cincuenta y un segundos para que ardan las plazas por no decir tu espalda. Y luego el resto se enreda en el tedio. De tres a seis gira el mundo en su centro. Después reina el desdén por todo hecho. Bailan cifras compases diferidos. Reman letras en un foso de olvido. Y es de lunes a viernes la cita predilecta. Son dos horas, no más, cifra perfecta Para ir y volver del carrusel completo. En el fin de semana hay un silencio que es simple tiempo muerto. ©Leibi Ng

Nada

Tan cercano el perfume, tan efímero... Respirándote me convertí en la nada. ©Leibi Ng

Decorado

A una le da por mandar cartas en momentos de pecho engrandecido, cuando el esternón no aguanta la presión por el vacío. Son impulsos que llevan a las letras que siendo tantas, apenas alcanzan para sacar del alma las molestias que la contradicción mete con saña. No hay luz, estrella o Norte que oriente ni conforte... Solo el estéril decorado de una puesta en escena que sin regia se queda sin actores, sin escena. ©Leibi Ng

¿Cómo?

Jacob Wrestling with the Angel, by Alexander Louis Leloir, 1865 ¿Cómo he de protegerte caro mío? Tú tan solo ante tan duras pruebas; enfrentado al dolor que tú engendraste, asfixiado en el centro de tu pecho. Librando, débil y menguado, el cruel acento de alarido mendaz, de un abuso de género. ¿Dime de dónde traeré a los héroes que libren la batalla de tu duelo? ¿Con que capa harán sus uniformes los valientes que luchen con denuedo? ¿De qué color será la sangre de heridos o caídos en combate, si el rojo es todo mío por la furia, la pena y la impotencia de no estar donde debo en este instante? ©Leibi Ng

Hola y adiós

Christian Schloe El 15 de noviembre arribó el barco. Atracó en su melena de bolero Y todo el mar Caribe fue escenario de aquel Amor entero. Faltando poco para Noche Buena Se besaron debajo de la higuera; charamicos, venados y linternas corrieron calle abajo para verlos. En medio de la cena se miraron traspasando secretos milenarios: Era China Imperial en primavera y un príncipe del Sur apenas dibujado. Enero hizo su arribo, pequeñito. Amor no tenía ropa, ni resguardo. Nicolás ni los Reyes guardaban sus listados. Desamparado y solo fue encontrado. Había crecido tanto de repente que se volvió gigante entre la gente. Entonces los pies empezaron a atarle Y él como Gulliver miraba divertido Hasta que se dio cuenta del sentido que de zeppelín querían endilgarle. ¿Un fenómeno yo? ¡Dónde se ha visto? Sin mucho esfuerzo se quitó las sogas... ...y al mar se dirigió con su velero. Se sumergió tranquilo entre las olas dejándolo en las rocas que lamían los encajes de sal del agua fría, ¡era tan peq