Ficción del unicornio

(Variante sin rima) a Ramón Saba A tu voz temblorosa acuden versos acurrucadas sílabas sin miedo y las sueltas cuando ellas se acomodan en la rendija audaz de cada tiempo. Tú las vuelves a armar dándoles alas ellas sus pasos dan casi seguras hasta que en un envite tú suspiras equilibrio veraz de ritmo y rima. Métrica acompasada y bien medida ágil, tierna, eficaz… nunca perdida surgen real belleza la palabra capaz de denunciar, llamar, gritar o susurrar según el sentimiento que brota de tu ser: Alma en el tiempo. ©Leibi Ng

Al cisne de nube le di mi corazón. Pasaron los días y con tristeza viví su ausencia. Con suaves movimientos sus alas batían alejándose con el sonido de mi respiración. Los cisnes, comentan, se unen para siempre. Hoy sé que es mentira. ©Leibi Ng

Eurídice Canaán Sobre la mesa oscura, rescatada, el blanco tejido de suspiros, habla por siempre del amor de abuela. Esas granadas, frutas prohibidas, ahora confirman sequía en las entrañas. Los pinos tiesos cumplieron su objetivo: ser proyectiles fecundadores, yertos… Aún echa aromas el quemador ciego, así las rosas que en su día, lozanas, atrajeron los cuerpos sedientos de placeres. Hasta el agua fresca, hoy estancada, suelta vapores en un vintage inverso cadáver de aquel tiempo. Desde la entrada, era tan fácil girar la mirada hacia la vida que pende en esta casa. ©Leibi Ng

SUICIDIO Llego ahora a ti, ¿qué poder me impele? ¿Me frena la razón? De cierto, mata. Un demonio interior se me desata, y algo dice que voy hacia la muerte ¡Oh, Dios! Ya nunca llegaré a tenerte la química enferma vence alegría. Una fuerza mayor ya me desvía y loca atracción por ti me somete. Mi cuerpo se detiene, no responde. Los ángeles ahora se me esconden. ¿Con qué cara diré lo que se siente? Amor, con tu llamado así, tan triste, domar mi corazón siempre supiste, quedo muerta por ti bajo este puente. ©Leibi Ng

Hace mil años que está saliendo el sol iluminando a todos por igual desde que Abel fue muerto por Caín la sangre brota como una maldición. A veces, por un trozo de metal otras por tierra o para enmudecer; el ser humano lo tiene en su interior: ángel y diablo, dolor y placer. Y lo peor es cuando el poderoso quiere sumar riquezas al tesoro: viola fronteras, ciudades, colonias... En nombre de la paz invaden naciones claman derechos que no corresponden... Demonios sueltos son: la guerra y la ambición. © Leibi Ng

Dicen que recordar es regresar a vivir y ahora sé que volver no tiene nada de malo siempre que estemos conscientes de que el pasado, es pasado. Con lo bueno y con lo malo lo hecho, hecho estará. Se puede andar con recuerdos y sonreír más por ellos sin dejar que el pensamiento se ancle en un puerto viejo. Creo que en cada pedazo de mi cuerpo y de mi mente tengo cositas guardadas de cómo me fui sintiendo en cada paso de vida, en cada momento tierno. No voy a echar mi pasado a ningún pozo sin fondo. Lo que soy y lo que he sido van de la mano conmigo. Así que no me aconsejes al pasado renunciar, soy guerrera y como tal mis cicatrices exhibo. Supero cada momento con la esperanza y la fe porque mientras viva esté, a todo lo hecho ¡PECHO! ©Leibi Ng

Soy hembra, me regocijo. Amo cada pliegue de mi cerebro. Soy hembra, llevo en mí, la sangre y las lágrimas de mis hermanas e hijos. De mis pechos fluye el alimento del desvalido. Mi melena abriga sus pies descalzos. Mis brazos son su círculo de protección. Mis manos son aves que enseñan su vuelo. Mis pies trazan caminos nuevos para mis pequeños. Mi lengua lame las heridas de sus rodillas raspadas. Mis dientes ablandan el alimento para sus tiernas encías. Mi aliento anima a ponerse en pie a las criaturas. Mi voz transmite las enseñanzas de mi abuela y de mi madre. Mi coraje es de leona si amenazan a mis crías. Soy hembra, y eternamente dejo a mi descendencia la bendición del sagrado cáliz del que brota la Humanidad. Soy hembra, en mí se reproduce el milagro de la creación. No te atrevas a mancillarme porque YO SOY la fuente de la que mana tu vida. ©Leibi Ng