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Mostrando entradas de agosto, 2017

YO QUISIERA LEERLO

(A Leibi Ng Báez) “¿Y si escribiendo me descubro ante ti y ante mí misma... y si diciendo logro hallar la voz que siempre me acompaña invisible, nostálgica, sabia?” Leibi Ng Sé que fabricas versos. Que escondes los minutos de sal en tu ojo bueno. Que en tus manos impunes se refugian los pecados de Dios, los devaneos de algún hada madrina que equivocó su Norte; que tocó con su vara gusanos y arcoíris, que convirtió lagartos en lagartos mientras las niñas buenas, ajenas de milagros, perdían su sonrisa entre los lobos. Sé que construyes sueños. Que solo falta piel para cubrirlos, dejarlos caminar por el asfalto. Que temes que la brisa escancie la mirada en su almanaque. Que sendas y caminos los lleven más allá de tu agua buena. Que se despierten lejos, tan lejos que no sepas si despiertan o sueñan y tengas que soñarlos nuevamente protegidos de besos y de lobos. Sé que fabricas alas. Que un muro de silencio tan ancho como un beso despinta tu arcoíris, lo tiñe de aguacero. Que en un viejo c

Almacenaje

A esos que te aconsejan soltar todo, comprender lo nulo del pasado y la inutilidad del porvenir… Los dogmas que predican concentrarse en el minuto aciago del respiro que llaman ahora… A esos, les voy a regalar todas mis lágrimas cristalizadas en marfil, Varios envases de sustancias químicas frenando mis dolores Los recuerdos del patio en que dos pechos predijeron los filmes de Fellini, un árbol de piñón con la leyenda, el brebaje imposible de un amor adúltero, la rabia del vecindario por la virginidad entregada al soldado yanqui. la compasión por el hijo del yanqui... El comunismo ateo de doña María, el enfrentamiento con el vecino imperialista... El locrio de paloma. Las piernas encorvadas del hijo de Pino, el canto destemplado del borracho del Conde, las madrugadas al lado del inconsciente, un parque lleno de presagios, una avenida llena de basura, el guardia ebrio de la esquina de la París, los mecánicos del piso de abajo, el café en baño de María, el ruido sordo de una avenida anón

TODO O NADA

Abie-Davis Sentirás el escalofrío del riesgo. Algo ancestral está en tus células. Querrás experimentar. Caminar descalza al filo de la navaja. Te envolverás en largas conversaciones Conocerás la marca de sus pañales. El grado de tibieza de la leche que empleaba la madre al darle de mamar. Curarás mentalmente sus raspaduras y las lesiones del acoso que sufrió de niño… Tu vida perderá importancia. Tu trabajo perderá importancia. Tu tiempo pasará a depender del suyo. Tu amor será cada vez más poderoso. Sufrirás largas esperas… Pero nada se compara con el momento en que él te dedica su atención. Puedes volar como los ángeles. Llegará el día de la primera vez cuando tu corazón desbordado se derramará como el río en el delta. Puedes volar como los ángeles. Los labios unidos Los cuerpos fundidos Todo y serán UNO. Puedes volar como los ángeles. Pero ya no son uno Un reto, un desencuentro, un mal entendido… Sentirás de nuevo escalofríos Y lo ancestral en tus células te oprime Lágrimas, dolor y

Minúsculo abatido

En la medida en que me alejo su voz disuelvo en nada. El sonido ya no creado hoy se le escapa al aire. y su esencia no tiene características: ninguna cualidad de amor y su homicidio. Ni luz ni visión. Ni sabiduría, ni salvación... Las palabras eran tan plenas, tan diosas, tan esenciales las vocales… Ahora no tiene aroma el nombre ya no resuena su vibrato. La lucha de contrarios ha cesado y ya no hay yin ni yang; ni es soluble en el éter su hueco sin acción. Mis dedos juegan como antes jugaban y mi propia voz ya no se acerca a la que fue. El eros ya no es llama.  Extinta la pasión, muerta la flama, sucumbe  ante el soplido sin alas de la boca de un dios sin nombre. Es irreal, no vida. Ni fuerza, ni duración, ni trascendencia. Ya no tiene poder. Se extingue como un minúsculo abatido punto de polvo. Lo que antes fue pavesa, ceniza es. ©Leibi Ng

DISTRACCIÓN

Ha caído la lluvia, cadenciosa y perenne y tu cuerpo desnudo persiste en mi pasión. Un relámpago lento de movimientos breves sobre sábanas blancas y almohadas al revés La cortina sonora  que acompaña suspiros es rítmica, afectada, ñoña y dulce a la vez porque con la atención concentrada en su lengua  son como cuchilladas los ruidos que intervienen interrumpiendo el hecho  del somero placer. No me distraigas lluvia  que no quiero escucharte. Déjame con mi amante fundirme en la avidez de reiniciar el mundo  ahora, y luego otra vez. © Leibi Ng