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YO IRACUNDA



El día apenas empieza y yo rabiosa
desaforada dentro de un cuerpo tan pequeño.
Princesa del guisante, quisquillosa,
me han abierto la puerta. Vengo de la tormenta.

Yo iracunda (a gritos voy pidiendo que me ayuden
porque mi piel es poca para tanta furia).

Mi cerebro agoniza en las contradicciones
(efímera dialéctica, no le da paso al sueño).

Y no obstante, yo sé dentro de mi cabeza
que justifico el grito aunque insonoro.

Nadie me ayudará, lo sé de cierto:
sigo estando más sola que la una.

Todo Santo Domingo se organiza como en un cementerio
y el carnaval anuncia que ya arriba con su color de circo.

Agoniza el Ozama con mi pena. El litoral
es un coco partido que al infinito burla
mis torpes preguntas con sacar y meter
en boca de arena las incesantes olas.

Un horizonte vasto se ríe de mi ira
y el buque gigantesco se aleja a la deriva
a recoger estrellas de otras vidas.

La muerte, en mí escondida, ahora me tiene pena.

©Leibi Ng

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