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Mostrando entradas de septiembre, 2019

TERROR

Me he descubierto a mí, muerta de miedo. Mirando suspicaz al futuro muerto y me he visto ¡relámpago! de un manotazo azul, como de viento, nítida en el recuerdo. Yo que los dientes desgasté en la rabia, (intento de apretar lo que está suelto) al querer controlar -tubos adentro- tu poder sobre mí y mi desconcierto. Yo que prohibí a mi lengua pasear sobre tus letras. Yo que a mi mente construí una jaula… Yo que llené de piedra los cajones que me dejaste abiertos… Pero resulta que los más miedosos son siempre temerarios sin remedio. Que prepotentes, lo contienen todo como héroes y de inconstancia suelen morir de a poco. Ahora comprendo que este miedo, este terror cotidiano y fuerte, no es más que el pavor de perderte dos veces. Porque si llega el día en que tu nombre sea pronunciado como suena el tedio, como todas las cosas que son indiferentes, y nunca más estremezcas mi cuerpo, habré perdido, esta vez para siempre, la cumbre borrascosa en que te encierro. ©Leibi Ng

CONSUELO

Para cada lamento hay un consuelo. Para cada sollozo un sorbo de aire. Para un desesperado que aún espera hay en el color negro un cierto brillo un aura de esplendor casi invisible. La oscura madrugada que resiste el embate de bestias desquiciadas. Ni humo ni alcohol hay en la espada solo el filo implacable de la muerte. Cercenar al instante la amenaza patética pero implacable. Para cada lamento hay el consuelo de vencer o morir por lo que creo. ©Leibi Ng

Lo que quiero

Amentos soplados musicando el aire esparciendo estigmas desnudos de polen cortina de luces besos que te doy. Pender de unos labios como de un recuerdo extender el alma larga cual la piel mapa de mis sueños geografía del verbo mi país soñado mi aurora mi sed Sueltos en suspiros tiempo y pensamiento palpar una espalda sin rostro, sin voz hallar tu mirada ¡Eso quiero yo! ©Leibi Ng