Ir al contenido principal

TERROR


Me he descubierto a mí,
muerta de miedo.
Mirando suspicaz
al futuro muerto
y me he visto ¡relámpago!
de un manotazo azul,
como de viento,
nítida en el recuerdo.

Yo que los dientes
desgasté en la rabia,
(intento de apretar
lo que está suelto)
al querer controlar
-tubos adentro-
tu poder sobre mí
y mi desconcierto.

Yo que prohibí a mi lengua
pasear sobre tus letras.

Yo que a mi mente construí una jaula…

Yo que llené de piedra los cajones
que me dejaste abiertos…

Pero resulta que los más miedosos
son siempre temerarios sin remedio.
Que prepotentes, lo contienen todo como héroes
y de inconstancia suelen morir de a poco.

Ahora comprendo que este miedo,
este terror cotidiano y fuerte,
no es más que el pavor de perderte dos veces.

Porque si llega el día en que tu nombre
sea pronunciado como suena el tedio,
como todas las cosas que son indiferentes,
y nunca más estremezcas mi cuerpo,
habré perdido, esta vez para siempre,
la cumbre borrascosa en que te encierro.

©Leibi Ng

Comentarios

Entradas populares de este blog

SIEMPRE EXTRAÑA

A J. que ama demasiado Olvídame en el Metro como a un libro. No permitas que nadie me devuelva. ¿En qué lugar? Donde el vagón se rompe, lejos de tus dos ojos que han mentido. Alejada de Dios, que sin ser tuya pisoteada por mil, como un repudio, la tristeza redonda en arandela querrá romperse como una quimera. Y es por permanecer así humillada por lo que el trajinar convierte en alas el destino final de desterrada… Rosa mustia de espinas despojada. Pero se queda en mí tanta palabra: demencia de perderme, siempre extraña. ©Leibi Ng

La deseada

Ella dice que no, que mejor sola pero su cuerpo habla y otra cosa pregona. Su espejo la disfraza, no se ve como es. Una sensual consciente con poros anhelantes y la vida latiendo temiendo en el secreto la sequedad que avanza.. Se muestra cada día como se le permite; aparentando dicha o un júbilo discreto. Exhibe mil sonrisas y apertura a la vida pero yo sé que adentro hay lágrimas sepultas. Cada imagen reafirma su soledad brillante cada verso, su angustia sofocada y distante Penélope o Medusa en ella se acorralan ni admite ni confirma ni cede ni reclama. Cada curva lasciva es un beso no dado Los cabellos, los labios, los ojos, las orejas... El pecho se despliega, doble página abierta. Todo en ella es entrega: -Mírame, soy la fruta deliciosa que anhelas. Presta estoy a tu abrazo. Me muero por ser tuya. Y así pasan los días, con su contradicción. Es "perfecta" da charlas, enseña a ser feliz. Y cual Pierrot oculto en un hogar desierto se muere por vivir. ©Leibi Ng

Era que no

  Era que no quería inesperadamente un hado se posó en medio de los labios. Silencio inexplicable pendiente de un misterio el mundo suspendido al paso de un segundo y tu mirada en mí y mi alma dentro tuyo. Adormecida Cual resignada lluvia no hay nada que ofrecer en resistencia sí una pausada tregua mientras tanto Vendrá la aurora para recuperar la voluntad perdida ese instante indomable que controlas y serás nuevamente tú, la única, la autora original fiel a ti misma. Todo será recuerdo y aguacero. ©Leibi Ng