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No me importó la boda real hasta que vi a esta niña ¡ADORABLE Grace Van Cutsem

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La Boda Real

Presagio

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En su entusiasmo vi la promesa, el pasaje a la vida que buscaba. Se sinceró. Nunca fue comprendido pero sabía que alguien valoraría su enorme corazón y yo era toda oídos. Me tendió su mano y pronunció palabras que abren cerrojos sellados en el alma. No me dio tiempo a decirle que en agua yo debía ahogar el presagio del llanto

Seducción

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Me ofrecí como carnaza. Grite: ¡A mí! ¡A mí! para que el sacrificio salvase a otro merecedor del sueño. Fue tan convincente mi voz que ahora yazco en el olvido. De la imagen: Brain Cancer,  http://nohaycomolodeuno.blogspot.com/2011/02/dali-revisitado-7.html

¿Qué hago escuchando Jazz?

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De pronto me despierto con un diálogo interno. Lo que vivo, ¿es lo cierto? Hay colores y olores y me entran por los ojos miles de objetos y suena en mis oídos la voz del hombre negro que lucha con la música a cuál irá primero. Todo tras la esperanza, todo buscando un asta para izar la bandera de los sueños. Los coros, las voces, los agudos constantes y las respiraciones jadeantes... vidas, épocas que no están y se niegan a escapar. Podría bailar, podría llorar, podría caer doblada por la nostalgia y la melancolía de una raza, una historia, una injusticia viva que arrastra tantos muertos... y ellos persisten in crescendo... Pero no. Se impone la alegría. Se sobrepone la vital existencia de la carne curada de sus magulladuras y entre amapolas corren las piernas que se estiran como gacela en África, como caudal del agua de pasiones que mueve las ruedas de la supervivencia... suena, suena... apoteosis frena; el coraje baja de tono hasta llegar a la dulzura y cesa.

Hay poesía

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Humildemente observo el paso del segundo y comprendo que existe la poesía para apresar al sentimiento. Pero él se quiere ir... aborda incuestionable su vocación de olvido y como el agua mansa (mas no esclava) se cuela hacia la nada                          y el silencio. Entonces ideamos                    las palabras y una rejilla suave cuadricula su urdimbre colando en cada verso                      pedacitos del alma. Una noche como esta unos ojos que saben de frases y alfabetos desentrañan la trama y esa esencia vital,                       el pensamiento, le vuelve a dar aliento. Renace en una llama de alquimia y nuevo tiempo se posa en la mirada desentrañable, eterno... y enciende nuevamente                  ...

Le petit mort (con variante)

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Desde el centro del cuerpo agradecido El simple regocijo De esta sangre que fluye demencial torbellino suena a mil decibeles el eco de la noche en dos que vueltos uno dejan ya la epidermis de revés de larga espera recobrada y tierna con la firme caricia entrecortada y cierta del deseo desatado galopan en los cuatro posibles remaches de la vida que no se inhibe aunque se sienta próxima la misma muerte Se acomoda el descenso en la cuesta del beso y se arrastra tan lento por la humedad del tiempo detrás de su sosiego. ******** Hondo      Que se me va del cuerpo agradecido el sutil regocijo demencial torbellino de esta sangre que fluye sin comienzo ni fin encerrada en lujuria el eco de la noche hace tronar suspiros uno solo corpóreo se fusionan los huesos el deseo desatado por ansias reprimido galopa con la furia entre piernas y muslos donde no existe nada que no sea la vivencia audaz se hunde con fuerza en el abismo incierto que expira en el descenso de la pequeña muert...

Al soldado alegre que regresó cadáver

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Te asignaron las armas y un destino en el mapa atravesaste el mundo donde el dolor quemaba. Una paz negociada, una misión firmada y una voz escondida ocultando el dolor. Señores de la Guerra te ofrecieron la ardiente bebida del desierto. Te retrataste alegre con el turbante de los talibanes y en todos los horarios buscaste entre las piedras las armas solapadas; tu comida fue el polvo y tu reposo el sitio quieto como la muerte de los tanques rusos, vencidos mucho antes por guerra de guerrillas en tierras complicadas que por mucho que estudien no acaban de entender. En el cielo despatillado de estrellas refulgentes anhelaste confundirte con el camastro en el hospital frustrado; desintería perfora los intestinos sanos y tú no eras consciente de que esa fiera guerra te iba a llevar con ella. Entonces tu salario no sirve para nada. Hoy un casco guerrero adorna este librero y una mochila perforada resguarda tu condecoración. ©Leibi NG (aún me siento ridícula poniéndole copyright a un sen...

Olor, color, sabor...

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Y sólo te recuerdo en la cocina con el tomillo fresco, el pimentón y las papas que corto hasta que crujan porque así tienen más sabor (¿)... con el aroma del romero y el pescado, con los garbanzos y los chorizos... gastronomía a tres platos, demasiada. Después la yerba buena para esos mojitos que apenas yo probaba; las hogazas de pan francés compradas en la esquina con ese chiste de “baguette” y funcionario que repetías una y otra vez, pero en vez de enojarme me sentía una mujer distinta cada día. Tan grande es el amor que hasta los chistes malos los transforma... Tan tenaz es el tiempo que hasta las desgracias las convierte en poesía.

"No hablo, no acuso, no hago dinero..."

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Quebrada una vez más, sin pretensiones el aprendizaje del mensaje de la infancia vuelve reiterativo, con posibilidades plenas: no estás invitada. No entres. Retorno más ancha, poseedora de la nada inmensa te escucho y aletea el harakiri como ángel familiar: ¿Para qué continuar sorbiendo aliento? ¿Acaso no es el fin? Pero era el fin desde el comienzo de los tiempos. Ergo ¿qué importa persistir? Resignación o estupidez regodeo acomodaticio en el umbral perfecto: "No hablo, no acuso, no hago dinero" pero observo y duele todo lo ajeno y falso lo equivocado y turbio la satrapía y la gula el hambre y sus hienas la sumisión y la entrega... ¿Para qué pensar querrá el esclavo? Obedecer es de autómatas y salva el pellejo vil de animal apaleado la crueldad no desafiada del sádico que manda y la triste verdad de que le presto mi energía a una luz que oscurece. Y lloro.

Balada triste para María

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Y fue manipulada, empujada, engañada. Ella entre todas las mujeres elegida por un dios del espectáculo se convirtió en la piedra del escándalo para arrastrarla día a día hasta los cincuenta y ocho años. La amancebó sin pautas con un guión cerrado la maquilló alterando su juventud inconsciente. Prostituta, libertina, desquiciada, buscona, puta... qué fácil fue encajarle un prejuicio de antaño pero siempre vigente. Era una niña y la fama el anzuelo. Era una diosa sin conocer su estatus (cediendo su poder como tantas). Era olorosa como la mantequilla y estaba sola, sola, completamente sola entre la multitud desesperada. Unas escenas y marcada de por vida se refugió en las drogas, la quietud o las sombras que no pueden borrar jamás, jamás, jamás las imágenes que guarda la memoria; peor aún, los archivos cinematográficos del mundo la reproducen en todas las visiones para todos los ojos. Pequeña caótica, aspirante a ser feliz se fue envolviendo en la cáscara de piel que envejec...