Ficción del unicornio

SUICIDIO Llego ahora a ti, ¿qué poder me impele? ¿Me frena la razón? De cierto, mata. Un demonio interior se me desata, y algo dice que voy hacia la muerte ¡Oh, Dios! Ya nunca llegaré a tenerte la química enferma vence alegría. Una fuerza mayor ya me desvía y loca atracción por ti me somete. Mi cuerpo se detiene, no responde. Los ángeles ahora se me esconden. ¿Con qué cara diré lo que se siente? Amor, con tu llamado así, tan triste, domar mi corazón siempre supiste, quedo muerta por ti bajo este puente. ©Leibi Ng

Hace mil años que está saliendo el sol iluminando a todos por igual desde que Abel fue muerto por Caín la sangre brota como una maldición. A veces, por un trozo de metal otras por tierra o para enmudecer; el ser humano lo tiene en su interior: ángel y diablo, dolor y placer. Y lo peor es cuando el poderoso quiere sumar riquezas al tesoro: viola fronteras, ciudades, colonias... En nombre de la paz invaden naciones claman derechos que no corresponden... Demonios sueltos son: la guerra y la ambición. © Leibi Ng

Dicen que recordar es regresar a vivir y ahora sé que volver no tiene nada de malo siempre que estemos conscientes de que el pasado, es pasado. Con lo bueno y con lo malo lo hecho, hecho estará. Se puede andar con recuerdos y sonreír más por ellos sin dejar que el pensamiento se ancle en un puerto viejo. Creo que en cada pedazo de mi cuerpo y de mi mente tengo cositas guardadas de cómo me fui sintiendo en cada paso de vida, en cada momento tierno. No voy a echar mi pasado a ningún pozo sin fondo. Lo que soy y lo que he sido van de la mano conmigo. Así que no me aconsejes al pasado renunciar, soy guerrera y como tal mis cicatrices exhibo. Supero cada momento con la esperanza y la fe porque mientras viva esté, a todo lo hecho ¡PECHO! ©Leibi Ng

Soy hembra, me regocijo. Amo cada pliegue de mi cerebro. Soy hembra, llevo en mí, la sangre y las lágrimas de mis hermanas e hijos. De mis pechos fluye el alimento del desvalido. Mi melena abriga sus pies descalzos. Mis brazos son su círculo de protección. Mis manos son aves que enseñan su vuelo. Mis pies trazan caminos nuevos para mis pequeños. Mi lengua lame las heridas de sus rodillas raspadas. Mis dientes ablandan el alimento para sus tiernas encías. Mi aliento anima a ponerse en pie a las criaturas. Mi voz transmite las enseñanzas de mi abuela y de mi madre. Mi coraje es de leona si amenazan a mis crías. Soy hembra, y eternamente dejo a mi descendencia la bendición del sagrado cáliz del que brota la Humanidad. Soy hembra, en mí se reproduce el milagro de la creación. No te atrevas a mancillarme porque YO SOY la fuente de la que mana tu vida. ©Leibi Ng 

«Las cicatrices son un mapa que nunca debemos perder.» OA Dispersos por el suelo libros, fotos, folios amarillentos, el angustiado mar de las mudanzas el trajín sin cesar de los objetos. El aire juguetea sobre párrafos muertos: historia que se asoma con la cola escondida. como un can vapuleado sediento de cariño. De un cuarto hacia otro cuarto se extiende la desidia con su arrastrar de pasos toda acción suspendida en péndulo de tiempo. El retrato borroso, la faz desvanecida sonrisas congeladas, la mirada vacía Gestos rígidos, secos, y por demás fingidos Fantasmas, fríos espectros invisibles y etéreos están en cada cosa cada línea o espejo en un difunto otoño sin antes ni después. Espíritus sonámbulos memoria sin reverso. ©Leibi Ng

Gianni Versace rodeado de sus modelos «Hacia mi sombra vuelvo retorno a mi naufragio.» Alí Chumacero Estoy solo y soy yo con la violencia en vena, con la conciencia enferma con los dientes mordiendo lo que yo creo desprecio y es solo un gesto ajeno a mi desolación. «Quien no trabaja no come», me han debido de enseñar; pero sólo he aprendido a engañar, a engatusar. Soy hermoso, soy encanto y me regalo al azar. Sin nada que dar, no valgo. Sin nada que dar ¿quién me querrá acompañar? Pago cenas, doy regalos con lo que otros me dan. Soy especial, yo soy único con mi molde nadie más. Busco hombres como templos que me puedan financiar. No soy chapero cualquiera, mis gustos a lo alto van. Lo quiero todo y de prisa no nací para esperar. Abusador y tramposo me drogo para soñar. Encuentro quien me mantenga ¡pero me merezco más! Si no me dan lo que quiero soy capaz de matar. Mi desprecio por el mundo es tan grande, tan real que sé que me están buscando y doy la cara total. ¡Maldito mundo embuster...

Clodomiro Moquete Leibi Ng La mañana de hoy amaneció con un excelente poema que la exquisita escritora Leibi Ng colocó en su «muro» de Facebook. El poema está aquí. Hemos decidido publicarlo sin el permiso de nuestra amiga. Ojalá que ella pueda perdonar esta osadía. El país asiste a un vuelco inusitado de parte importante de la intelectualidad dominicana en las llamadas redes sociales, particularmente en Facebook. Una escritora tan importante como Leibi Ng expone su producción artística en esa red. En la ocasión en que personalidades de la vida nacional apoyaron ardorosamente la marcha al Palacio Nacional en demanda de rechazar permisos que dañarían Loma de Miranda, excelentes artistas volcaron su creación y sus talentos en Facebook. Una de esas artistas fue Leibi Ng. Teníamos pendiente publicar en la Agenda Cultural el brillante, sublime poema que en la ocasión ella dio a conocer. Ahora que ofrecemos su poema de hoy, «Cronos», también colocamos aquí mismo su poema Miranda, que fue elo...

Ondea como bandera la playa donde te espero en la dimensión que giran las alas de las gaviotas. En el vaivén de las olas y en la humedad de la brisa mis lágrimas se confunden con gotas de los océanos. Los sonidos son rumores de misas y rezos varios hablando suave latín o feligreses de Holanda, marineros irlandeses soldados de Andalucía… En chisporroteo parlante las llamas lanzan susurros africanos que lamentan su falta de libertad. Flotando sin voluntad y recordando tus besos yo me hago agua en tu mar. ©Leibi Ng

Procesión de autómatas en espacios mecánicos. No vale el agua sobre la cabellera cósmica ni las oraciones gregorianas ni los cantos lúdicos del Pitbull. No vale el rogatorio de los inseguros ni el desdén de los inconscientes. Clavija por clavija se insertan los huecos de la red supervisada por el Dios del Miedo sepultando Humanismo en la espiral catastrófica y autodestructiva. Emergen solo mentes de Maestros que nada pueden hacer para reproducir saber y contemplan sin reír los equívocos del ser que resta vida ensanchando el desastre. ¿Qué llanto a raudales consolará el alma dolorosa de las madres que amamantan a los inocentes lejos del patrón del mal? ¿A qué caverna oscura llevaremos a los sobrevivientes? ¡Oh, mar que diste vida y vida clamas, no mengües, no te seques. *Leibi Ng

Un niño me dio un regalo, mandado por su mamá y no puedo reapresar sus cariñosas palabras, la voz de duende dormido, la más hermosa expresión... Un niño llamado Silvio me ha robado el corazón. ©Leibi Ng