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Alma gemela

¿Si yo no soy para mí, quién es para mí?  ¿Y si yo soy (solamente) para mí, qué soy yo?  ¿Y si no es ahora, cuándo? ". (Mishná 14,Cap 1 pirkei Avot) Me sorprendo pensándote. Te advierto en el misterio de la tenaz idea que no apreso. Isla de Pascua de enterradas cabezas. Igual me estás soñando desde un punto lejano. Te veo manejando por vías desiertas “glisando” el volante como si fuesen teclas. Yo sé que un día mi cuerpo atravesará el vacío. Tendré sólo sentidos para vivirte. Ahora que estás dormido en tu set de universo, despierto en dimensiones paralelas un aroma perpetuo/inapresable remedo de lo posible/eterno. Te diriges a mí, Destino. Porque dos que se aman ¡Oh, desencuentro! Son psiquis y son animus, son ego e inconsciente. Existe para mí que sola aquí te invento Si no, mejor morir. Y ser como la piel de la serpiente abandonada en páramo deshabitado y ocre de almas penitentes. ¿Quién será para mí si para mi soy...¡Sola! Sin amor, mejor no ser, no estar, no Talmud. ©Leibi Ng

Ojalá | Cita Cultural | Leibi Ng | 19-4-17 | Canal 4RD

POBRECITA

Buscabas una dama convencional y cínica, Capaz de descollar en las frívolas fiestas. Envanecida y bella vistiendo seda y lino. Una mujer florero que adornara tu mesa. Querías que ella sacara provecho de su verbo, que sumara prestigio a tu perfil maltrecho, y regaste entre todos que habías hallado, veta, en la mina preciosa de la mujer prehecha. Pero ella se arropaba en saya franciscana, dormía con los mendigos, tomaba agua de lluvia, hablaba con las flores y le cantaba al Alba. Despreció tus lustrosos cartoncitos de plástico dijo lo que era cierto, no lo que convenía, y desnuda de sedas se quedó a pleno día. Hay mujeres extrañas que desprecian la alforja y a mucha, mucha honra, jamás son asociadas al mercado que arroja tersas pieles al barro. © Leibi Ng

Rigor mortis

Sabe de ausencia, de extremo cansancio; se le va la mente por diversos lados y viene la imagen del cruel colador. El cuerpo resiste al avance insidioso. Distante, indolente, de no ser por la lengua, todo en él se hace rígido, agarrotado, tieso, imitando el filo de los acantilados vueltos dientes afilados de tanto viento y sal, de tanto olvido... Yo descubrí en el frío que la muerte no es más que la maldición de Dios sobre los cuerpos de repetir al infinito la historia de la mujer de Loth: No de sal sino de piedras y huesos en ausencia de sangre. El rigor mortis te deja hecho estatua: No regresas al polvo sino a la piedra. La vida es lo que alcanzas al contemplar el ir y venir de las olas o el inestable baile de las llamas. Si el hálito fuese visible, el vaho de la vida se adentrara movilizando huesos carne adentro. Lo he visto en la mirada de los locos que dejan las pupilas dislocadas en las cuencas impávidas del dueño ausente. Está el cuerpo piedra en dominio de una matrix cuerda por

​COITO DE LAS AGENDAS

En todas las agendas hay ciudades desiertas. Seres nominales de rostros alertas habitan en casillas de horizontales rayas de colores sobrios o grises murallas Los barrios son de días, de meses o de años y a veces me parece que a huelgas nos convocan. En todas las agendas hay un desconocido perdido en la memoria capaz de algún delito amenazante, extraño... A veces se han borrado los nombres de las calles y habitan por costumbre los fieles inquilinos. Es posible que al cierre de los grandes portales en todas las agendas, se enciendan los hogares con luces, con aromas de cenas y de postres... y es seguro que un nombre -sobre otro montado- practique el misionero letra a letra abocados.​ ©Leibi Ng

Vampiros

En el atardecer cuando su aguijón clavan del oscuro rincón o espiral larga asiste la vorágine asesina bocanada feroz de muerte o vida. Vampiros sin Señor siempre sin almas escuchan el fervor de los avernos surgiendo dos a dos tal vez en triada tinieblas en la gruta desvelada. ¿Qué más les puedo dar? Mi piel hoyada los glóbulos bermejos y calientes la mísera ración más sedentaria de quien trata de usar su fiel cabeza y no el resto del armazón destelengado ¡Ay, de mí que no encuentro estaca o bala argenta y sólo puedo imaginar un corazón atravesado!. ©Leibi Ng

OVACIÓN

Te llamé hermana y apreté tus manos largas. Sentí la admiración por tu cultura, trayectoria de besos, partituras... Te sentí alta en el trono invisible del poder que sólo dan los años, don de gente capaz de aglutinar en lo incorpóreo la belleza del arte en libertad. Te llamé hermana y vi unos ojos tristes y cansados y allí en segundo plano, la belleza pasada aún deslumbrante. Miles de halagos fieles y tu cordialidad. Cientos de seguidores para tu ingenio vivo. Y un garbo así intuido donde lo cuántico traduce encuentros nuevos apenas registrados. Te llamé hermana y supe de la pasión del Arte y del deseo humano que siempre es su motor. Te vi con ojos de alma y creciente estupor. Diamante y sus destellos, el sol y su fulgor... La vida es escenario actores a granel, a veces se nos llama para ser solistas y entonces se ilumina todo el ser en un instante de rápido esplendor. Luego, cuando el telón cae, regresamos al suelo retumbando aún el eco del clamor, los aplausos, los vítores y bravos d