Ir al contenido principal

¿Pasó o no?

He leído que al escriba lo analizan y de un modo u otro, al cabo de los años, se sabe si escribía ficción o vida misma.
Qué fue homosexual, que fue lesbiana, que robó, que mintió, que fue un misántropo, puede ser que su vida, una pantalla, le ayudara a ocultar su pederastia... o quizás, que generoso, su fortuna legó al orfelinato. 
Pero yo no me esfuerzo más, pues tan humilde, soy una simple gata que aprovecha lo que la tecnología pone al alcance de cualquiera.
Supe que la gente verbaliza para entenderse a sí misma.
Yo escribo por lo mismo, y de paso palabralizo.
Si el verso brota desgarrado… ¿creerán que es autobiografía? 


Y una vez que nos quitamos las manías de ocultar y mentir a cualquier precio ¿a quién le importa si esta letra mía fue verdad o es invento?
Tanta calamidad me pisa los talones y no amanece nunca.
Ni deja de caer esta llovizna como si se tratara de otro pueblo conocido una vez, reconocido ahora.
Y cuando estás así. Cuando no puedes más, se obliga una mismo a contestar.
Lo peor que me puede pasar es que un rayo me parta;
es pisar un alambre electrificado en medio de un gran charco; que me trague la boca de la tierra; que al pasar, un tronco de árbol se desprenda de raíz y me aplaste; que el río se desborde y me arrastre; que un narcotraficante me use de mula; que me convierta en amante de un ignorante...

Pero lo peor de lo peor de lo peor es saber que sigues respirando todavía©Leibi Ng



Comentarios

Entradas populares de este blog

SIEMPRE EXTRAÑA

A J. que ama demasiado Olvídame en el Metro como a un libro. No permitas que nadie me devuelva. ¿En qué lugar? Donde el vagón se rompe, lejos de tus dos ojos que han mentido. Alejada de Dios, que sin ser tuya pisoteada por mil, como un repudio, la tristeza redonda en arandela querrá romperse como una quimera. Y es por permanecer así humillada por lo que el trajinar convierte en alas el destino final de desterrada… Rosa mustia de espinas despojada. Pero se queda en mí tanta palabra: demencia de perderme, siempre extraña. ©Leibi Ng

La deseada

Ella dice que no, que mejor sola pero su cuerpo habla y otra cosa pregona. Su espejo la disfraza, no se ve como es. Una sensual consciente con poros anhelantes y la vida latiendo temiendo en el secreto la sequedad que avanza.. Se muestra cada día como se le permite; aparentando dicha o un júbilo discreto. Exhibe mil sonrisas y apertura a la vida pero yo sé que adentro hay lágrimas sepultas. Cada imagen reafirma su soledad brillante cada verso, su angustia sofocada y distante Penélope o Medusa en ella se acorralan ni admite ni confirma ni cede ni reclama. Cada curva lasciva es un beso no dado Los cabellos, los labios, los ojos, las orejas... El pecho se despliega, doble página abierta. Todo en ella es entrega: -Mírame, soy la fruta deliciosa que anhelas. Presta estoy a tu abrazo. Me muero por ser tuya. Y así pasan los días, con su contradicción. Es "perfecta" da charlas, enseña a ser feliz. Y cual Pierrot oculto en un hogar desierto se muere por vivir. ©Leibi Ng

Era que no

  Era que no quería inesperadamente un hado se posó en medio de los labios. Silencio inexplicable pendiente de un misterio el mundo suspendido al paso de un segundo y tu mirada en mí y mi alma dentro tuyo. Adormecida Cual resignada lluvia no hay nada que ofrecer en resistencia sí una pausada tregua mientras tanto Vendrá la aurora para recuperar la voluntad perdida ese instante indomable que controlas y serás nuevamente tú, la única, la autora original fiel a ti misma. Todo será recuerdo y aguacero. ©Leibi Ng