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Mostrando entradas de julio, 2014

Ignorante

Tu mundo nace con la muerte. Se quedó musgo seco o renaciente. Todo lo sé de ti para enterarme de que tu media vida no fue mía. Ignorante hacedora de los sueños brutal el choque del conocimiento; imperceptible grito de secretos develando increíbles desconciertos. Ahora veo en los ojos de tu amante la llama que una vez brilló en el iris de tu mirada audaz, cómplice mía. Mi sentir, mi pensar, mi fe dormida ferozmente borrados con la dedicatoria en el revés tangible. De golpe nuestro hogar se llenó de cuestiones irresolutas todas por absurdas y mi ciencia no pudo dar razones de tu sonrisa oculta a mis temores. Te odié por no saber a qué aferrarme pues ya no estabas para interrogarte y supe que tu casa no era mía y supe que tu amor  era otro hombre. LEIBI NG

Cóncava

A cuesta con su verbo se escapa la duda entre penumbras casi zebra intercala miradas oscilantes, mecánicas. Y es esta fijación por aferrarme a una prisión de sombras en vez de pasar página y comenzar de nuevo borrón y sin borrón vanos recuerdos. Pero el amor se atrincheró en lo oscuro, al abrigo del viento; no se deja mover aunque parezca a punto de ganar la vía, el tiempo... Entonces, resplandor esa nostalgia que a veces hace mal -otras no tanto- por no querer decir que fue perdido el tiempo en que cóncava completaba tu cuota de pasión, piel insurrecta, aún aterciopelada en los recuerdos como el primer amor, o el primer beso. ©Leibi Ng

Arrebol

     Hoy me arrebola el sol de las cinco,      con su presencia efímera, marcada.      Me invade la energía luminosa      como una evocación frente a la playa.      Así son las cosas que entusiasman,      tan frágiles, tan cortas, tan fugaces...      que sin embargo permanecen presas      en celdas de barrotes hechos de sangre.      © Leibi NG

Infancia

                               Jugar en el cuarto de los muertos,                                probar la sal del bautismo en la iglesia del cerro,                                recibir de visita a los ángeles...                                soñar a pata suelta,                                jugar con la boca llena                                confiar en la mañana                                de no tener mañana.                                                             Leibi NG