A cuesta con su verbo
se escapa la duda
entre penumbras
casi zebra
intercala miradas
oscilantes, mecánicas.
Y es esta fijación
por aferrarme a una prisión de sombras
en vez de pasar página
y comenzar de nuevo
borrón y sin borrón
vanos recuerdos.
Pero el amor se atrincheró
en lo oscuro, al abrigo del viento;
no se deja mover
aunque parezca
a punto de ganar
la vía, el tiempo...
Entonces, resplandor
esa nostalgia
que a veces hace mal
-otras no tanto-
por no querer decir
que fue perdido
el tiempo en que cóncava
completaba tu cuota de pasión,
piel insurrecta,
aún aterciopelada
en los recuerdos
como el primer amor,
o el primer beso.
©Leibi Ng
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