Me he callado durante mucho tiempo pero hoy por fin comienza el viaje hacia el olvido. Espero que esta vez encuentre el medio, el preciso vehículo que alquilo más allá del horizonte donde tú sabes que el mar no se une al cielo porque se traga el sol casi al final del día en un festín rojizo de encomiendas que llenan de tristezas el crepúsculo. En ese ir y venir de las mareas yo sé que envían sus penas los desocupados del Malecón. Mensajes sin botella, que causan estupor de olas y ondinas. Colgado de una de ellas, tal vez, mis deseos por ti mueran ahogadamente. ¿Qué sentido tiene amarrar la barca y sentarse en el muelle a contemplar gaviotas mientras los peces saltan? ¿Es eso una bitácora del desamor? Cada herida emponzoñada en sienes y cada dolor que no expresé por compasión me condena al cáncer de los recuerdos. Yo ya no buscaré más nunca tu mirada y poquito a poquito serás menos que arena en este puño abierto que tu pasión quebró. Eras hermoso como trino de pájaros en las mañanas y t