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SIEMPRE EXTRAÑA

A J. que ama demasiado Olvídame en el Metro como a un libro. No permitas que nadie me devuelva. ¿En qué lugar? Donde el vagón se rompe, lejos de tus dos ojos que han mentido. Alejada de Dios, que sin ser tuya pisoteada por mil, como un repudio, la tristeza redonda en arandela querrá romperse como una quimera. Y es por permanecer así humillada por lo que el trajinar convierte en alas el destino final de desterrada… Rosa mustia de espinas despojada. Pero se queda en mí tanta palabra: demencia de perderme, siempre extraña. ©Leibi Ng
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La deseada

Ella dice que no, que mejor sola pero su cuerpo habla y otra cosa pregona. Su espejo la disfraza, no se ve como es. Una sensual consciente con poros anhelantes y la vida latiendo temiendo en el secreto la sequedad que avanza.. Se muestra cada día como se le permite; aparentando dicha o un júbilo discreto. Exhibe mil sonrisas y apertura a la vida pero yo sé que adentro hay lágrimas sepultas. Cada imagen reafirma su soledad brillante cada verso, su angustia sofocada y distante Penélope o Medusa en ella se acorralan ni admite ni confirma ni cede ni reclama. Cada curva lasciva es un beso no dado Los cabellos, los labios, los ojos, las orejas... El pecho se despliega, doble página abierta. Todo en ella es entrega: -Mírame, soy la fruta deliciosa que anhelas. Presta estoy a tu abrazo. Me muero por ser tuya. Y así pasan los días, con su contradicción. Es "perfecta" da charlas, enseña a ser feliz. Y cual Pierrot oculto en un hogar desierto se muere por vivir. ©Leibi Ng

Querer, no querer

  Ni trébol ni pata de conejo un choque de dos vidas o de más una piedra de río y un premio inesperado cataclismo De pronto era amor y también era odio Maldito entre los dientes suplicio hecho de sombras Colapsó de contrarios / estalló como un Nova explotó en reperpero de rayos y de enojos El llanto formó el mar / y el mal el sedimento Hizo hoyos en la tierra y espadas en las rocas Cortó con la impotencia los fieros arrecifes Pulió las caracolas con la arena Doblegó las angustias de las olas Madera de náufragos fue su única respuesta. Deseándose la muerte / para que no murieras Aniquilándose para salvarla a ella Dejándose morir para poder tenerla... Predicho en el futuro de finales felices Se cercenaron vivos devorándose muertos como si no supieran que todo estaba escrito. Agosto 29/2022

Sin edad

Escenario Pabellón Jeannette Miller, FILSD2023. Aidita Selman SIN EDAD Comencé a coleccionar imágenes creando álbumes. Uno de ellos se llama “Soledad deseada”. Transmite la taciturna quietud de la luz sobre las cosas. Lo fijo que adquiere movimiento con el paso de otras cosas. El tiempo que transcurre llevándose el silencio suspendido… La iluminación que cambia con las horas… Las sombras que se acomodan en los resquicios… El sonido que se muestra o se esconde sin contar hasta diez… La belleza que me hace mirarme por dentro. Pendiente de corregirme a mí en mi desafuero, la vida que no me exige más que un respiro por segundo, arrastro mis pendientes, sin palanca, sin fuerzas, sin oprobio. Rodeada de tanta cosa inútil, evoco a cada paso un esqueleto armónico que sostiene mi inercia. Quien fui, quien soy y quien seré aún suspendida a mi rígido escrutinio. Toda la soledad que he deseado defendida contra los otros:sus acciones, sus ruidos, sus pensamientos. Entonces me doy cuenta del reducto

PANDEMIA

  Furini. Cabeza de mujer «Viviremos dentro de los límites y moriremos dentro de la          inmortalidad ¿no es injusto? Viviremos gozando la inmortalidad y moriremos dentro de los límites. HORIZONTE. Choi Seung-Ho. Autobiografía del hielo PANDEMIA Desde el fondo donde descender ya no puedes la tristeza domada y los latidos detenidos esperando un solo signo un peldaño de ascenso en la remonta para escapar de todos los lamentos la insuperada herida el dolor que no cesa la confianza dispersa y la desesperanza. Sobrevives por su Alta Gracia a pruebas de silencio y abstención con la penitencia del tiempo detenido y el mañana en penumbras. Y sin embargo, lo divino te absuelve. La fuerza misteriosa que cohesiona trozos deshechos la brisa que mueve las ramas en las copas de los árboles el vuelo de las mariposas y el polvo de sus alas la luz de las luciérnagas y la sed de atraparlas la dulzura de la miel en la punta de la lengua y el aroma de las flores en la nariz junto al áspero desgarramie

Ensuciar

  Garabatear ensuciar la pureza de lo blanco que anhela lo sublime. Marcar con signo estupefacto e imperfecto el sueño de un poema. Llenar de llanto el precoz verso incapaz de tocar los sentimientos por su psicopatía. Intentar sacar del alma esta tormenta y no poder hablar ensuciando con letras inconexas esta agua que no piensa. ©Leibi Ng

Herencia capital

  Cual padre paranoico reiterando las mañas remarcando las huellas con persistencia y tino de camino sin fin permanecen las cosas sobre las que navega sin nave repitiendo del Cristo los pies en lo intangible que se mantiene a flote convidando el asombro. Es eso que transcurre que fluye aunque no mane que valoran cual oro pero oro no es. Un camino infinito hecho con eslabones  en certezas bordados, pérdidas invisibles, pero frágiles lágrimas o pompas de jabón. Todo el mundo lo tiene y todos dilapidan especialmente yo. Quienes llevan agendas saben de lo que hablo si queda sin hacerse, la cosa no cuenta como un hecho y pasa a los pendientes, igual de acumulados. Preciso, rencoroso, mudo, cruel e implacable parece detenerse cuando chocan las almas asunto del destino o de física cuántica que unos llaman amor. Sigue a sus tres cabezas: hombre, toro y león guadaña parricida, impasible matón. Al final, él te espera sentado en el panteón. La ilusión siempre viva te hará sentir que eres de él mi