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Rayas y estrellas


"Lo bello no es más que el comienzo de lo terrible"
Rainer M. Rilke (1875-1926)

Adamanay, estás amenazada.
Temerosa te ensanchas en un vaivén de olas.
El ultra iluminado paisaje que reflejas en tus arenas blancas
clama al cielo imprecando que suceda un stop.
Tan calma, tan aislada, tan pequeñita y blanca
isla que de gaviotas sueña ruidoso vuelo
un picazo en tu playa simboliza el retorno
de máquinas de fierro,
taladros, grúas, cemento,
metales y las voces de mando:
idioma del imperio.
¿Regresar a esos días en que flotaba oronda la bandera de estrellas?
Retornar en el tiempo cuando los gavilleros ofrecían resistencia
para que en esta tierra no mandara invasor.
¿Cooperación le dices? ¿Me ayudarás constante y diligente?
¿Qué pedirás a cambio?

Taladrarás mi vientre
me girarás de espaldas
evitarás mis ojos de tierra enamorada
someterás mi lengua en silencio trabada
sangrada a dentelladas porque ella es la que alaba.
Me dejarás preñada mirando la alborada
desde un muelle que estrena embarcaciones,
nuevos rumbos, progreso y estertores de paz
y venciendo lo oscuro, más niebla llegará.

Porque junto a tus estrellas
naufragan corazones de fugitivos soles
de luz y libertad.

©Leibi Ng
*************************************


Isla Saona                                          

La Saona o Adamanay es la isla más grande adyacente al territorio dominicano. Posee un clima agradable y se le considera como "la isla de la belleza y la soledad".

Cuenta con una área de 117 kilómetros cuadrados -22 kilómetros de largo por 5.5 de ancho- y está a unas 80 millas de distancia de Santo Domingo y, de La Romana, a 24 millas (39 kilómetros).

Separa la isla Saona del territorio de la Provincia La Altagracia, a la que pertenece, un canal llamado "Catuán", "Catuono" o de "Cotubamano".

Es tan corta esta distancia que se afirma que los pobladores de la isla pasaban el ganado vacuno a nado desde las cercanías territoriales de Bayahibe hasta las costas isleñas. 

El terreno de la Saona es llano y gran parte de su territorio está formado por piedras rocosas. No obstante allí se produce variedad de frutos menores, aunque sus moradores, que habitan los poblados de Mano Juan y Catuano, viven especialmente de la pesca.

La Saona no es lo suficientemente frecuentada por no contar con una línea permanente de embarcaciones que permitan a nativos y extranjeros conocer la belleza de sus playas y las tres lagunas diseminadas en su área territorial.

 La mas grande es llamada Laguna Grande o del Surgidero con dos kilómetros cuadrados de extensión.

El agua es salobre y allí pernoctan bandadas de palmípedos que vienen desde la Florida en tiempo de invierno, flamencos rosados, yaguasas, `zamaguyones' y bandadas de garzas blancas.

Además discretos careyes van a depositar sus huevos cerca de la laguna.

La Laguna Canto de la Playa, nombre este que le dieron sus vecinos por el murmullo melodioso musical cuando sopla el viento sobre las palmeras de cana, tiene 2 kilómetros de largo y 800 metros de ancho. La más pequeña es la Laguna del Sucucho o de Bari, que tiene de largo 1,700 metros y 400 de ancho.

Hace algún tiempo varios inversionistas trataron de hacer contacto con autoridades gubernamentales para instalar en la Saona una serie de hoteles, dotados de casinos de juego.

Pero estos planes fracasaron, ya que habría que construirse un aeropuerto y un muelle dotado de comodidades en el poblado de Mano Juan, ya que las embarcaciones tienen que quedarse mar afuera por el poco calado de sus aguas, creando inconvenientes a los que acuden a la isla en embarcaciones pues tienen que pasarse a frágiles yolas para alcanzar tierra.

La Saona estaba poblada originalmente por indios Macorix, raza que fue exterminada por los españoles que acudieron allí.

La isla contaba con innumerables árboles que fueron depredados para destinar su madera a la construcción de los ingenios que se levantaron en la zona.

La Isla Saona produce lechosa, rábano, ajonjolí, molondrones, repollo, cilantro y yuca, renglón este último comparado en calidad con la yuca mocana.

Finalmente no queremos dejar de consignar que uno de los presidentes que tuvo el país aspiraba a que se le asignara como propiedad privada todo el territorio de esta isla, plan que falló por la tenaz oposición que se le hizo.

En una ocasión, Aníbal Julio Trujillo, hermano del dictador Trujillo, se apropió de la Isla Saona, explotándola agrícolamente y aprovechando parte de los árboles que aún quedaban en pie.

En Mano Juan residen centenares de personas. Allí existe un destacamento de la Marina de Guerra, una escuela, una oficina pública y un observatorio meteorológico.

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