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Capitán de mi Alma

Nelson Mandela


Vencí la humedad del musgo
en la lúgubre y estrecha celda.
Vencí al dolor reflejado en las pupilas.
Vencí la tristeza que ocultaba la sonrisa.
Vencí el rumor, la calumnia y el desprecio.
Me alcé sobre los montes del prejuicio.
No sucumbí al poder, la tentación ni al verbo
malicioso de los escépticos.
Probé que ser hombre es dominar el miedo.

Oh tierra que te hiciste ancha para aguardarme.
Oh, cárcel que me diste alas para elevarme.
Oh, firmamento que amplificaste el grito de libertad
llevado hasta el más recóndito ángulo del Planeta.
Oh Sudáfrica amada, mezclada en los colores de la siembra
segregada en la distancia de tu infinita sed de paz
me integro a tu paisaje para no desligarme de tu amparo.

Porque eres mi amante, deja que derrame mi semen transparente
por la igualdad del hombre.
Te cubriré con la roja virilidad de mi sangre que es igual
a todas las sangres donde sólo el coraje proclama la verdad.

He preñado las calles de Pretoria de seres dignos
que ya no se valoran por el color de la piel.
No más humillados se apartarán entre sí.
Porque entre todos entonamos el himno
de los sentimientos que nos igualan
izamos la bandera de la justicia
desterrando el crimen del apartheid.
Y aunque el odio permanezca
en las granjas, aunque
la brutalidad salvaje
se niegue a marchar,
ya sabéis el camino.

Y ahora, dejad que permanezca
en cada latido de esta tierra
para recordar a cada humano
la fortaleza de mi verdad
al repetir conmigo:
 "yo soy el amo 
de mi destino
y capitán
de mi
ALMA".

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