Ir al contenido principal

PANTALLA

La noche extasiada ilumina tu cara. Desde donde estoy contemplo tu sonrisa con el feliz chateo y no puedo evitar disfrutar tu inocencia. Tu absoluto momento.
Un simple transeúnte, un caminante solo y todo lo que veo es patrimonio mío. Los hogares que albergan felices habitantes o patéticos seres sedientos de cariño. La acera con sus árboles y los jardines lindos; la cuneta ya limpia, ya llena de atropellos… Los perros y los gatos, los ladridos, suspiros...
El carro mal parqueado, los tanques de basura, las esquinas que doblan junto a motores ebrios.
Camino bajo el cielo estrellado y lo siento como un segundo techo que protege mis pasos de nube solitaria. Una que ahora sonríe porque adentro se lleva tu cara iluminada.

©Leibi Ng

Comentarios

Entradas populares de este blog

SIEMPRE EXTRAÑA

A J. que ama demasiado Olvídame en el Metro como a un libro. No permitas que nadie me devuelva. ¿En qué lugar? Donde el vagón se rompe, lejos de tus dos ojos que han mentido. Alejada de Dios, que sin ser tuya pisoteada por mil, como un repudio, la tristeza redonda en arandela querrá romperse como una quimera. Y es por permanecer así humillada por lo que el trajinar convierte en alas el destino final de desterrada… Rosa mustia de espinas despojada. Pero se queda en mí tanta palabra: demencia de perderme, siempre extraña. ©Leibi Ng

Algunas de las Antologías en las que aparece mi poesía

 

Era que no

  Era que no quería inesperadamente un hado se posó en medio de los labios. Silencio inexplicable pendiente de un misterio el mundo suspendido al paso de un segundo y tu mirada en mí y mi alma dentro tuyo. Adormecida Cual resignada lluvia no hay nada que ofrecer en resistencia sí una pausada tregua mientras tanto Vendrá la aurora para recuperar la voluntad perdida ese instante indomable que controlas y serás nuevamente tú, la única, la autora original fiel a ti misma. Todo será recuerdo y aguacero. ©Leibi Ng