Su nombre era una s
y en sus pupilas oscila el azul
como si viera el mar
sin horizonte.
Supongo que había cobre
entre sus uñas
o sal debajo de su axila
como un país con minas
sin fronteras.
Jugaba con el alma
buscaba al niño ido
que perdió en el cortijo.
A veces olía a viñas,
otras a orujo o vodka
pero siempre besaba
con sabor a romero
De su risa salían pelis
para la siesta, de vaqueros e indios
Rezumaba ternura
aunque era un hombre grande
y aún con uñas pintadas
era un chico muy guapo.
Por alguna razón
llegaba a mi en su tinta
cada vez que escribía
mensajes a su amada
y a miles de kilómetros
se encendía mi pantalla.
©Leiby NG
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